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Webisodio 07 – Hola Spike, Adiós Xander

Durante mi estancia en Escocia, un tipo de la TNT me llamó quejándose de que nunca había nadie en mi casa (cosa extraña pues siempre hay alguien). Tras mi anterior experiencia con dicha compañía y un pedido a Hong Kong en 2004, me figuré que el tipo estaba aguardando en el portal esperando a que quedase vacío el piso para timbrar.

Le dije que estaba de viaje, así que que probase el día 10 y yo mismo le recibiría. Así que podéis imaginaros qué sucedió: me ignoró completamente y apareció en mi puerta el 9 por la tarde, pillándome de casualidad.

En sus manos portaba un paquete que sólo podía ser una cosa.

Cambiar de portátil es como contratar a alguien para un puesto de responsabilidad, como dirigir una central nuclear o mantener siempre un brik de leche fría en la nevera. Necesitas saber que será fiable, no intrusivo y que hará justo lo que quieres. Será tu escudero y fiel compañero durante cinco años. En mi caso acabé valorando ligereza, batería y, para qué negarlo, diseño, y no me ha defraudado en ningún aspecto.

Poniéndonos ya tecnicosos, aparte del Leopard que trae le puse un Windows 7 pseudofinal de estos que andan por ahí (para el TF2 y futuriblemente Starcraft 2 y Diablo 3). Linux al final me contenté con virtualizarlo con VirtualBox, aunque va más lento que Don Pimpón trepando una cuesta de Velcro; debería echarle un ojo porque algo estoy haciendo mal.

La partición de datos me la jugué a hacerla HFS+, consciente de que la más de las veces la usaré desde MacOS. Además pronto Apple sacará drivers oficiales para acceder a ellas desde Win.

Y siguiendo mi nomenclatura buffyvérsica que ya parió cosas como la red sunnydale, los ordenadores giles, willow y xander, el móvil dawn, etc, manejaba dos nombres para el nuevo agregado: spike y oz. Al final, tras deliberar y recabar opiniones, pensé que el primero era más cool (también influyó que el otro era demasiado corto).

Y con el nombrado y travase de ficheros llegó el merecido momento de la jubilación para mi viejo Acer.

Me lo imagino tipo Blade Runner, pensando “He visto largas noches trabajando sin dormir más allá de las 8am, viajes múltiples en mochilas y maletas, partys y conferencias en toda Galicia. Esos momentos se perderán con el desgaste de mis pegatinas. Es hora de formatear.

Así que borrado y reconfigurado (ya ni siquiera lleva su nombre), se lo he pasado en herencia a mi padre para sus asuntos oficiosos. Godspeed, colega.

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