Hace tres días le mandé yet another mail a Ing-Britt y me contestó que hubo un traspapeleo, pero que ya tenía mis documentos en su poder y que para la semana me informaría. Debió luego pensar (acertadamente) que ello supondría siete días más soportando que le diese la brasa, porque a la mañana siguiente ya tenía un mail en mi buzón portando el descriptivo título de Welcome to Chalmers.
Eso confirma oficialmente mi estatus de estudiante Erasmus; por fin puedo decir con algo de seguridad que no estaré aquí el año que viene (hey, hasta ahora, no había nada firmado con sangre). Era embarazoso afirmar “sí, me voy de Erasmus a Suecia, pero creo que allí aún no lo saben”.
Como Escandinavia es una región fría y no mola dormir bajo un puente, nos toca a mí y al Sr. Puig rellenar la solicitud de residencia. Es curioso porque a pesar de que siguen un orden FCFS y que hay gente que ya envió los papeles hace meses, te piden que tú solicites para las resis que te molen y si eso ya te contestarán diciendo que no quedan plazas. A veces se me cae el mito de la eficiencia nórdica.
De todas formas, sobre eso de qué residencias molan, cuáles no, y cuáles barajamos… ya haré otro post entero al respecto.
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