¿Qué ocurre cuando son las 0.30 y tres chalados no tienen sueño? Pues que deciden pasar la noche montándose su propia fiesta.
Y dicho y hecho, Padín, Krisko y yo nos fuimos a nuestro refugio secreto cargados de la clave de la diversión: una Gamecube y una tele para conectarla.
Lamentablemente descubrimos nada más llegar que habíamos olvidado un trozo del cable RF, así que hubo que volver a por él. Da igual, aprovechamos para traer música (Gorillaz, recopilatorios) y amenizar el ambiente.
Para comenzar, dimos caña al Mario Kart en modo Versus. Padín no tardó en comprobar que había elegido a los peores rivales para su primera partida. Así que se rayó y cambiamos de juego. Konga time!
El primero en ir fui yo y para variar intenté lucirme con Mazinger Z que para eso me la sé casi de memoria. Hubo risa con mi cara de concentración, pero es que Krisko es peligroso con una cámara en manos. Mientras, yo continuaba mostrando mis habilidades rítmicas. Al quitarme la camiseta por el calor y volvérmela a poner, la tenía al revés.
Padín perpretró Heidi (esta canción estuvo sonando media noche). Hasta el propio galician-fanboy se asustó de la falta de coordinación de Pad, que no puede reprimir la risa 😛 Así que Ksk trata de explicar la coyunturación subjetiva inherente al golpeteo correlativo de los bongós al tiempo de la melodía sónica emisora.
Y atacamos los duetos. Yo iba con mando. Resultado del primer dueto: yo hice más greats, y menos misses, pero también más bads y menos combos. Lo dejamos en tablas. En ese momento me dí cuenta: no había sacado la memory card al jugar al DKa, y como es sabido, corre peligro de formatearse.
Decidimos que ya que por casualidad teníamos los libros de D&D, pues íbamos a improvisar una partida. Padín aprovecha para subir su ficha a nivel 6 y le toca escoger dos dotes. La partida no tuvo dados, fichas ni hojas. Básicamente Padín se dedicó a ejercer de Ozzy Osbourne y comer cabezas mientras Krisko jugaba a violar niños pequeños. Los semiorcos bárbaros son peligrosos.
Así que nos pusimos a ver La Batidora. Padín se descolgó y se puso a sobar. Krisko y yo acosamos a [llamadas] perdidas a media Coruña. Luego tocó Recopa al Mario Kart. Le gané, claro. Y luego fuimos a fotografiar a Padín todo sopa.
Y de nuevo Recopa, para revancha de Krisko. A mitad de la partida vimos que amanecía y sacamos foto. Pero parece de noche en la foto. Lástima.
Durante la partida, aprovechamos para cotillear y rajar de todo el mundo, aparte de concluir que hay gente que ni se merece ni aprecia lo que tiene (y no hablamos de cosas materiales). Consumada la nueva derrota de Ka, toca levantar al vago de Padín. Finalizada la juerga, recogemos los bártulos y abandonamos el refugio nocturno.
Las secuelas de esto son que me he pasado el día sobando de 12.30 a 22.30 . Y aún tengo sueño… Padín se iba sobando en el bus, pero Krisko aguantó hasta las 23.30 sin dormir (o eso dice).
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