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La mañana nunca muere

Quien me conozca un poco se habrá dado cuenta de que no suelo vivir muchas mañanas. Lo mío es vivir las noches. Y no en el sentido alocado que estáis pensando, sino más bien, con espíritu creativo. No en vano de noche se me ocurren todas mis (nefastas?) ideas, y es cuando más rindo. Si tengo algo importante entre manos, ten por seguro que el 80% del trabajo lo haré de madrugada. Podría hacerlo por la mañana, o por la tarde, y me llevaría el triple. Mi reloj biológico debe haber sido importado desde Japón.

Por eso, creo yo, estos días me estoy fascinando por las mañanas. Cuadra que mi horario se desajusta tanto que me paso la noche viendo series (Veronica Mars es la última a la que me he enganchado) y me dan las 8-9 de la mañana sin acostarme. Así que intento aguantar hasta la próxima noche. Normalmente caigo tras el almuerzo, pero, hey, algún día lo lograré

El tema es que logro vivir las mañanas y, como decía, me están fascinando. Será la novedad, o la cantidad de luz que tienen, pero hay algo mágico en ellas. Hablo de las horas entre las 8.30 y las 12. No más, si acaso antes, luego se vuelve todo amarillento y sofocante. Es en ese periodo cuando hace un poco de brisa, el sol apenas se ha levantado y la ciudad despierta. Para una persona vaga como yo, la manera que me revitaliza eso es extraña. Me dieron ganas de cogerme el portátil e irme a un banco del parque. Claro que sin wifi (internet inalámbrico) poco iba a hacer, pero bueno. Ya el hecho de habérmelo planteado supone un avance, podéis creerme.

Horas más tarde, mientras reinstalaba Ubuntu Linux (larga historia, ya la contaré), me puse a mirar por la ventana. Serían las tres de la tarde. Me di cuenta de un detalle clave. La luz era muy parecida a la de por la mañana. Lo que cambiaba eran las sombras de los edificios. Estaban en otro ángulo. ESO era lo que me chocaba de las mañanas. Es como esas fotos en las que hay un cuadro movido, o un objeto de otro color, y algo te choca y no sabes qué es. Exactamente es lo que me pasaba a mí al mirar por la ventana por las mañanas. No estaba acostumbrado a ver las sombras de los edificios así.

En fin, es increíble que de una chorrada como esa haya sacado cuatro párrafos, pero me ha parecido curioso. A mí, o a mi exhausto cerebro suplicante de sueño. En unas semanas volverá a ser de noche casi todo el día, y cuando no, estará nublado, o sea que me despido de este tipo de mañanas hasta el verano que viene. Lo que me provoca la pregunta: ¿por qué en Sexo en Nueva York siempre es primavera y hace sol? ¿Y por qué toman siempre cosmopolitans? ¿POR QUÉ EN TODAS LAS PUTAS SERIES USAN MAC? Y otras preguntas que algún día recopilaré…

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